REFLEXIÓN SOBRE LA NAVIDAD

¿LO SABIAS? ¿LO RECUERDAS?

 

   Uno de los hechos y de las fechas más extraordinarias que han tenido lugar en la humanidad, fue el día del nacimiento del Señor Jesucristo, aquel que fue anunciado desde el Edén (Gn. 3:15) y por los profetas del Antiguo Testamento, como botón de muestra podemos mencionar aquellos preciosos textos proféticos: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David…” (Isa. 9:6-7). Siendo una realidad 700 años después aprox. así  lo confirman las Sagradas Escrituras diciendo: “Ya aquel Verbo se hizo carne y habito entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14). Naciendo en Bethelem, a ocho Km. de distancia de  Jerusalem, como profetizó en el año 710 años antes el profeta Miqueas 5:2. El Eterno Dios envía a Su Hijo unigénito a vivir entre los hombres con el fin de llevar a cabo su glorioso Plan de salvación (Juan 3:16), a todos aquellos que lo reciban como su Salvador y Señor Personal. (Juan 1:12).

 

¿PODEMOS SABER EL DÍA DE TAL

EXTRAORDINARIO ACONTECIMIENTO?

 

   Hoy día,  no es como antaño que solo los conocimientos estaban al alcance de unos cuantos privilegiados, gracias a Dios, actualmente todos los que tenemos interés por saber de un asunto poseemos medios abundantes para obtener la información  sobre todos los temas que motivan nuestro interés y así  poder saber, comparar informaciones y discernir y llegar a una conclusión separando la verdad de lo incierto. Así pues, trataremos el tema de la pretendida celebración de la fecha del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.

 

   En los documentos bíblicos o sea los evangelios contenidos en el Canon del Nuevo Testamento, aceptados por todo el cristianismo, que son los únicos que son de nuestra confianza, observamos que la fecha del nacimiento del Jesucristo no consta por ninguna parte, como todos sabemos, por dicha razón el mundo llamado cristiano no sabe, ni ha llegado a un acuerdo sobre dicha fecha. 

 

UN TEXTO BÍBLICO QUE NOS SIRVE PARA

 TENER SOLO UNA REFERENCIA INEQUÍVOCA 

 

   Nos damos cuenta que cuando el Señor nació, nos dice el evangelista Lucas 2:8, “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño” Este es único dato existente que no admite otras indicaciones que podrían ser de difícil interpretación, por lo que cualquier cálculo debe partir de estos datos de este texto, por lo que podemos deducir que debió ser en septiembre o octubre, principios de Otoño, época de parir las ovejas. También nos sirve para tener en consideración el censo promulgado por el César en el tiempo en que nació Jesús, ya que todos los habitantes de la región que los romanos llamaban “Palestina” tenían que viajar a sus lugares de origen para censarse, en aquellos tiempos no se disponía de medios de comunicación, salvo los animales, que eran lentos y de mantenimiento difícil y mas en invierno, y además el pueblo judío era proclive a la rebelión y hubiera sido imprudente ordenar un censo en época  invernal por ser otra dificultad añadida, indicaciones que podemos deducir que no fue en diciembre, época de intenso frío en los países que bordean el Mediterráneo.

 

¿DE DÓNDE PROCEDE ESTA FECHA INVERNAL PARA LA NAVIDAD?

 

-NOCIONES SOBRE LOS CALENDARIOS-

 

   El JULIANO. Llamado así por ser su promotor el emperador romano Julio César, que se basaba en el movimiento del sol para medir el tiempo, conteniendo sus respectivos días festivos dedicados a sus dioses, etc. Se cree que su implantación fue en el año 45 a.C. en los países europeos y sus colonias.

 

   EL GREGORIANO. Así se llamo por ser legalizado por el Papa Gregorio XIII en el año 1582, que sustituyo al anterior, que lo confirmo promulgando una bula “inter”. Lo adopto la Iglesia Católica Romana donde tenía el poder. Sin embargo en los países que no eran católicos, tales como los ortodoxos, los protestantes, los anglicanos y otros, este calendario se fue implantando durante los siglos posteriores.

 

   Pese de la tremenda influencia del cristianismo occidental en su vertiente católica-romana, los países del oriente ortodoxo mantuvieron el calendario “Juliano” hasta principio del siglo XX, en Bulgaria hasta el 1917, en Rusia hasta 1918, en Rumania hasta el 1919 y en Grecia hasta el 1923. Actualmente  estos países también se rigen por el calendario gregoriano, pero siguen utilizando el “juliano” para sus fiestas cristianas, especialmente para el cálculo de la fecha de Navidad y Pascua.

 

EL DÍA 25 DE DICIEMBRE ERA Y ES UNA FECHA PAGANA

 

    Los romanos celebraban en el día 25 de diciembre actual la fiesta del “Natalis Solis Invicti” o “Nacimiento del Sol invicto” que coincidía con el nacimiento del dios Apolo-Helios (En Grecia y Roma). Dicho día fue reconocido como el día principal del solsticio de invierno. Cuando Julio César ubico en su calendario el 25 de diciembre debía ubicarse entre el 21 y 22 de diciembre del actual Calendario Gregoriano. Aquella iglesia constantiniana tomó la fecha pagana y la adopto para el cristianismo y así el 25 de diciembre se creyó como la fecha del nacimiento de Jesucristo. Coincide también esta fecha con las tradiciones paganas de los mexicanos, incas, y los germanos con sus dioses respectivos por ser el solsticio de invierno.

 

“CRISTIANIZARON LA FECHA” 

 

   En la mezcla del cristianismo y las antiguas prácticas y celebraciones paganas, podemos encuadrar también la fecha de la Navidad actual. Los historiadores consideran que Jesús debió nacer en el año 6 o 7 antes del que se considera el año 0, entonces las autoridades romanas partían como base para contar los años de la fundación de Roma, más o menos (?) o de algún hecho extraordinario, sea alguna victoria, nacimiento de algún dios (?) o personaje, etc..

 

   De todos es conocido la forma de hacer del cristianismo nominal, desde la “conversión” de Constantino (Año 313), cuando se dejó la “sencilla fe apostólica” y se convirtió en la Religión cristiana oficial del Estado romano o sea, que se hizo una mezcolanza entre el cristianismo y el paganismo, y aquí podemos enmarcar la fiesta de la Navidad o el festival religioso de invierno sustitutivo, que permaneció e integrándose y formando parte de los demás desvíos doctrinales  a través de los siglos, siendo una triste realidad hasta el día de hoy, convirtiéndose dicho sistema en la madre del religionismo.

 

   El Papa Julio I en el siglo IV pidió que se considerase la fecha del nacimiento de Jesucristo el 25 de diciembre, lo cual fue proclamado por el Papa Liberio en el año 354. Hizo coincidir o sea, anulo y sustituyo la festividad pagana de las celebraciones del dios Saturno por el nacimiento del Señor Jesucristo, se argumento entonces que el día 25 de diciembre facilitaba que las gentes paganas creyeran mas en el cristianismo, para que “no fuera un trauma para ellos el tener que dejar sus fiestas de siempre a las que estaban acostumbradas” y se les hacía más fácil la aceptación  del cristianismo, sin abandonar realmente sus tradiciones, argumentando “que antes ellos celebraban nada más que una sombra de la realidad del que tenía que venir, Jesús que era el sol de la justicia que nació por nosotros. (Mal. 4:2)”.

LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DE LA NAVIDAD

 EN EL CRISTIANISMO ACTUAL

 

   La iglesia católica romana, y la anglicana la celebran el día 25 de diciembre, según el calendario gregoriano. En general las diversas iglesias ortodoxas la celebran el 7 de enero. (Ya que se rigen por el calendario primario, o sea el Juliano). Las iglesias nacidas de la Reforma Religiosa del siglo XVI y las libres (llamadas evangélicas) la mayoría, también la celebran el día 25 de diciembre continuando así la tradición católica. Es cosa curiosa que en Bethelem, el lugar que tuvo lugar la primera Navidad la celebran actualmente en dos fechas diferentes, el 25 de diciembre para los católicos, anglicanos, y la mayoría de protestantes y el 7 de enero para las diversas confesiones ortodoxas.

 

CONSIDERACIONES DEL HECHO EN EL MUNDO

 PROTESTANTE-EVANGÉLICO

 

   En tiempos de la Reforma Religiosa del Siglo XVI, la fiesta de la celebración de la Navidad fue desestimada por parte de las iglesias protestantes, llamándolas “Trampas de los papistas” o “Garras de la Bestia” debido a su origen de la Iglesia católica romana y el paganismo antiguo.

 

   Hasta el siglo XIX parte de las iglesias protestantes dejaron de celebrar la Navidad para desligarse del Catolicismo, pero sabemos que ya que en el año 1607 se empezó a compartir la Navidad entre católicos y protestantes en Norteamérica.

 

  En Inglaterra después de la guerra civil en 1647, los gobernantes puritanos la prohibieron, pero el pueblo no estaba conforme, recordemos que la iglesia anglicana, es la iglesia mas cercana en la práctica a la católica, y especialmente en los que son denominados “la alta del anglicanismo”, y se realizaron varios motines en la ciudad de Canterbury reclamando “la santidad de la fiesta” Y en el año 1660 tuvo su fin tal prohibición, pero parte de los pastores anglicanos de tendencia “evangélica” seguían rechazando su celebración.

 

Charles Dickens cambio parte del significado de la Navidad

a favor de una celebración ambigua para todos

 

   En la década de 1820, por diferentes motivos religiosos o no, la fiesta de la Navidad estaba en vías de la extinción, especialmente en las sociedades protestantes. Pero algunos hicieron esfuerzos para reavivarla, entre ellos contribuyo e influyo de una forma definitiva el escritor Charles Dickens con su famoso libro titulado “Un cuento de Navidad”, que hace énfasis de una forma directa e indirecta a los buenos sentimientos, la familia, los niños, la buena voluntad, la compasión y la reunión familiar, peculiaridades que sean incrementado en la actualidad acompañadas por el “desmedido mercantilismo del consumo” durante las antiguas  fiestas navideñas, “los que las celebraban” no incluían los sentimientos de Dickens ni el mercantilismo, debido a ello hoy día  también se suman a dicha fiesta las gentes no creyentes.

TESTIMONIOS HISTÓRICOS DEL CAMBIO

A FAVOR DE LA CELEBRACIÓN

 

   El cambio no ocurrió de la noche a la mañana. Durante gran parte del siglo XIX, las escuelas y los negocios funcionaban en la Navidad católica, en el Congreso de Estados Unidos se reunía en sesiones y parte de las iglesias cerraban sus puertas. “La cultura global no se detenía para la Navidad” dijo Bruce Forbes, profesor de estudios religiosos en el Morningside Collage en Sioux City, de Iowa. “El gobierno funcionaba como siempre, y también los comercios y las escuelas”.

 

   En el libro “Chistmas: A Candid History” (Navidad: una historia franca) Describe que la mayoría de las denominaciones evangélicas estadoudinenses; dígase presbiterianos, bautistas, cuáqueros, metodistas y congregacionalistas, etc. ignoraron la fecha o desalentaron su celebración hasta finales del siglo XIX. El argumento era, ya mencionado que: no estaba la fecha en la Santa Biblia para el 25 de diciembre para el nacimiento de Jesucristo, acompañado también por la suspicacia sobre las falsas tradiciones desarrolladas después de los primeros días del cristianismo. En la colonia de Nueva Inglaterra, esta desaprobación llegó al extremo de ilegalizar la fiesta y multando y  castigando su celebración.

 

  Dijo J. Taylor un eminente teólogo americano: “Somos los descendientes de los puritanos y los peregrinos, pero nos hemos flexibilizado bastante desde entonces, “Hemos cambiado y nos hemos adaptado…”

 

   Al igual que los sucesores de Sewall, las iglesias protestantes tradicionales han aprendido a acomodarse a la Navidad. “Pero el cambio provino de la feligresía en vez del púlpito”

 

   La Navidad se benefició de una “domesticación de la religión” en el siglo XIX, dijo Penne Restad, profesor de historia en la Universidad de Texas, “en que la fe y la familia se entrelazaron en un todo complementario de valores y creencias, continuo diciendo; La Navidad se tornó aceptable como una festividad centrada en la familia, ¡y mas si hay niños!, perdiendo su significación predominantemente bíblica”

 

   A la vez, algunos aspectos de la festividad como los árboles decorados y el intercambio de regalos se convirtieron en símbolos de estatus para una clase media con aspiraciones. Cuando la Navidad empezó a adquirir dominio sobre las otras festividades se debió a un cambio en la cultura y no en la teología. En Estados Unidos hay un dicho según el cual dice: “Que el ministro sigue al feligrés y no a la inversa”. Este fue más bien un cambio sociológico que espiritual. “El hogar y el mercado tienen más influencia que la iglesia”

 

   “Es de general conocimiento que los cristianos y sus costumbres navideñas, como el llamado “Papa Noel llevando regalos a los niños”, “duendes”, etc. no tiene nada que ver con la Biblia” comentó Clyde Kilough, titular de la iglesia Unida de Dios extendida por todo el mundo. La cuestión teológica es muy sencilla: ¿es aceptable para Dios que los seres humanos decidan rendirle culto adoptando las celebraciones más populares del paganismo y llamándolas cristianas?

 

   Eso representa un cambio sustancial de una época anterior, cuando muchos protestantes ignoraban o se oponían activamente a esa festividad. Pero a medida que se fue popularizando como celebración familiar, las denominaciones siguieron el ejemplo de sus miembros e hicieron las paces con la ¿Navidad?

 

  Es por ello que parte de los cristianos que siguen rechazando la festividad; afirman que la instrucción divina, y no la cultura y la sociedad, deben determinar si esa fiesta es apropiada. Así lo comparten iglesias como; parte de los Presbiterianos, los de la Unida de Dios, Hermanos exclusivos, Algunas iglesias pentecostales, evangélicas libres, solo citamos sobre los que tenemos constancia, pero hay más.

 

EN LA NAVIDAD PODEMOS RECORDAR EL HECHO

DE QUE EL HIJO DE DIOS-JESÚS NACIÓ.

 NO LA FECHA YA QUE ES IMPOSIBLE SABERLA

 

      El sentir mayoritario del protestantismo-evangélico actualmente es que Jesucristo nació un día, y que ello no debe ser motivo de disputas por seguir las “tradiciones de la iglesia Católica”. La Navidad debe ser una fiesta únicamente para recordar el HECHO del nacimiento de Jesús que si se menciona en la Biblia, no la fecha, ya que nadie la sabe, si Dios considero necesario que no lo supiéramos por algo será (?). Lo que si desea y mando recordar y conmemorar es su muerte en sacrificio en la cruz del Calvario a favor nuestro. (Lucas 22:16, etc.). Además debemos recordar lo dicho por el apóstol Pablo: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;  he aquí todas son hechas nuevas” (2ª.Co. 5:17) Preguntamos: ¿Somos leales y consecuentes con las convicciones bíblicas que predicamos y decimos ser?

 

    Con ocasión de la Navidad, cuyos días son festivos en occidente se aprovecha en la mayoría de las iglesias o congregaciones evangélicas para hacer una fiesta para los niños, para que participen en las reuniones especiales, donde se recitan poesías, se hacen diálogos y se cantan canciones alusivas al hecho del nacimiento y especialmente se aprovecha para predicar el mensaje del evangelio.

 

EL MENSAJE DEL EVANGELIO- BUENAS NOTICIAS

 

   Existen dos razas y linajes diferentes, opuestos en el mundo. La primera es la raza humana, de sangre y carne, hombres y mujeres naturales descendientes de Adán. Esta raza está totalmente caída, y el fin de todos los que están en su linaje es muerte. “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” La paga del pecado es muerte” (Romanos 3:23; 6:23). Jesucristo al nacer en Bethelem vino a salvar a esta humanidad perdida tomando voluntariamente el lugar de juicio y condenación que cada uno de nosotros merecemos, saldando nuestra deuda con la justicia de Dios, y muriendo en la cruz la muerte que a nosotros nos correspondía. Conforme a las Sagradas Escrituras, Cristo resucito al tercer día, anulando la muerte, e iniciando así una nueva raza: La raza de los hijos de Dios.

UN NACIMIENTO A UNA RAZA CELESTIAL E INMORTAL

 

    Esta nueva raza es inmortal, pues participa de la vida gloriosa y eterna del Cristo resucitado, quien, exaltado por la diestra de Dios se ha sentado en Su Trono, hecho Señor de señores, y Rey de reyes, habiendo recibido todo el poder en el universo entero.

 

   Esta segunda raza, el linaje de los hombres en Cristo, está compuesto por hombres y mujeres de la primera raza que, en fe sencilla han CREÍDO  en Jesucristo, se han arrepentido de su pecados y de sus propios caminos, le han entregado sus vidas, y le han recibido en sus corazones. Estos han nacido de nuevo, de Dios como dicen las Sagradas Escrituras  “A todos los que recibieron (a Jesús), les dio el poder de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en Su nombre, los cuales no fueron engendrados de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre (Cosas que determina el nacimiento natural en la primera raza, el linaje de Adán) sino de Dios” (Juan 1:12-13).

 

   Dios ha puesto una sola puerta por la que los hombres de la raza terrenal caída pueden entrar a la nueva raza celestial Jesús dice: “Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo”. (Juan 10:9) Y un solo mediador-abogado también: ”Porque uno es Dios, uno también el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús” (1ªTim. 2:5) “…Si alguno peca, abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo, el  justo…” (1ª. Juan 2:1).

 

NACER DE NUEVO

 

   Ningún ser humano puede entrar por si mismo a esta nueva raza, como tampoco puede nadie nacer de nuevo por si mismo en la raza humana. Ni tus esfuerzo a por mejorarte, ni el vivir una vida buena de acuerdo con tu conciencia, ni el cumplimiento de deberes religiosos o mandamientos, ni tu asistencia a alguna iglesia, ni ninguna otra obra tuya puede hacerte cambiar de raza, pasar  de Adán a Cristo. Por más que lo intentes, seguirás estando  y obrando en la carne, la esfera del hombre natural, en el linaje caído. Jesús dice: ”DE CIERTO, DE CIERTO TE DIGO, QUE EL QUE NO NACIERE DE NUEVO, NO PUEDE VER EL REINO DE DIOS” “lo que es nacido de la carne, carne es”, “…La carne para nada aprovecha..” (Juan 3:3-6; 6:63). Y también dice: “De cierto de cierto os digo, el que guarda mi palabra, nunca verá la muerte” “El que cree en mí tiene vida eterna”. “…Yo soy… la vida…” (Juan 8:51; 6.47; 14:6).

 

   Considera atentamente a qué raza perteneces, en que linaje estás. Si aún no has nacido de nuevo, si aún no estás en Cristo y Cristo en tu corazón, entonces estás en Adán; y si estás en Adán, estas en muerte, porque no hay vida aparte de Cristo.

 

   Ven a Jesús, arrepiéntete de tus propios caminos, pídele perdón por tus pecados, entrégale tu vida y ábrele la puerta de tu corazón para que Él entre ahora en ti, y vivirás para siempre. Él lo está deseando. Óyele: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él” Apoc. 3:20).

 

    Amigo cibernético, JESUS ES LA VIDA. Él, y sólo Él, Su persona. Fuera de Él no hay vida. El hecho de la Navidad nos está recordando el amor del eterno Dios hacia el hombre hacia ti y a mí, enviando a su amado Hijo Jesucristo al mundo, para que pudiéramos reconciliarnos con el Padre. (2ªCo. 5:20).

 

¡ LA VERDADERA FECHA DE LA NAVIDAD,

ES EL DÍA QUE NACIÓ O NAZCA JESÚS EN TU CORAZÓN

CON UN NUEVO NACIMIENTO ESPIRITUAL!

 

Te dice Dios a través de su profeta:

“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo

dentro de vosotros” (Ez. 36:26).

                                       

¿HA NACIDO JESÚS EN TU CORAZÓN?    

(Este material nos fue enviado por:cuadernosbiblicos.org)